¿Por qué hay tantas familias que desean proporcionar a sus hijos una educación en un colegio privado católico?
Existe la creencia generalizada de que sólo las familias católicas se benefician de las instituciones católicas. Le sorprenderá saber que los colegios católicos ofrecen algo más que una perspectiva religiosa de la historia y la literatura. Su énfasis en la excelencia académica, su compromiso con los valores y la etiqueta, y su completa oferta de cursos las hacen atractivas para muchos padres. Los colegios católicos privados se consideran inasequibles para la mayoría de las familias, pero pueden ser más asequibles de lo que usted cree.
Éstas son algunas de las diferencias entre las escuelas católicas y las públicas:
- Matrícula
La asistencia a la escuela pública suele ser gratuita para los alumnos que residen en sus barrios. Por el contrario, la mayoría de las escuelas católicas cobran matrícula y también complementan los ingresos mediante financiación, subvenciones y recaudación de fondos por parte de antiguos alumnos, padres y la comunidad.
Los padres suelen participar más en el funcionamiento diario de las escuelas católicas a través de actividades de voluntariado. Esto contribuye a crear un ambiente más familiar y solidario. Los padres no sólo ven los boletines de notas.
Las escuelas públicas se financian con impuestos federales, estatales y locales. Mientras que algunas familias ven esto como una ventaja, otras lo ven como un inconveniente. Las normas, reglamentos y planes de estudios de las escuelas públicas están influidos por la política y las tendencias populares.
El coste medio de la matrícula en las escuelas primarias católicas asciende a 5.500 dólares. En cambio, el coste medio de otras escuelas primarias privadas asciende a 9.200 dólares anuales.
Casi todas las escuelas católicas ofrecen algún tipo de ayuda económica a los alumnos que reúnen los requisitos. Puede basarse en la necesidad o en el rendimiento escolar.
- Expectativas rigurosas
Los alumnos de las escuelas católicas obtienen mejores resultados en los exámenes estandarizados que los de las escuelas públicas. De hecho, un estudio de la Universidad de Harvard reveló que las escuelas privadas superaban a las públicas en 11 de 12 comparaciones de alumnos.
Las escuelas católicas tienen programas rigurosos que giran en torno a la autodisciplina. Hacen hincapié en los deberes y el estudio, lo que hace que los alumnos tengan una capacidad de redacción muy eficaz. Muchos alumnos pertenecientes a minorías también han demostrado un gran éxito en las escuelas católicas.
Los alumnos no católicos se matriculan en escuelas católicas con más frecuencia. Uno de cada cinco alumnos no se identifica como católico. Esta cifra ha aumentado un 11% desde 1980.
Las escuelas católicas se centran en proporcionar una sólida base moral y ética. Esto informará las decisiones críticas de sus alumnos a lo largo de sus vidas.
Las escuelas católicas también ofrecen un aprendizaje diferenciado, un plan de estudios avanzado y una perspectiva religiosa. Sus programas no giran en torno a pruebas estandarizadas, que evalúan una comprensión mínima. En cambio, son capaces de proporcionar enriquecimiento y perspectiva a los alumnos.
Algunas instituciones católicas tienen programas especializados en teatro, artes o música. Se centran en desarrollar el carácter y la madurez de cada alumno.
Las escuelas católicas proporcionan una sólida base religiosa. El amor por el aprendizaje se expresa de forma diferente en cada alumno.
En un estudio, se interrogó a los alumnos ocho años después de terminar el bachillerato. Se descubrió que el 62% de los graduados de escuelas católicas se habían graduado en un instituto de enseñanza superior. Esto puede contrastarse con el 31% de los alumnos de la escuela pública que habían obtenido una licenciatura o un título superior.
- Procedimientos de admisión
Los centros públicos deben admitir a los alumnos que vivan dentro de sus límites geográficos. Muchas veces, los padres sólo necesitan una prueba de residencia para matricular a sus hijos en la escuela. Algunas familias lo consideran una ventaja.
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Las escuelas católicas tienen procesos de admisión más exhaustivos, que implican múltiples entrevistas, ensayos y pruebas. Los alumnos son elegidos en función de sus logros académicos y su carácter.
- Enfoque caritativo
Las escuelas públicas incluyen el servicio a la comunidad como parte de las actividades extraescolares.
En cambio, las escuelas católicas integran la caridad como elemento fundamental de su currículo ordinario. Se enseña a los alumnos a ser sensibles a las necesidades de los demás. Pueden responder de forma positiva siempre que sea posible.
Se anima a los alumnos de las escuelas católicas a centrarse en cómo pueden ayudar a los demás, así como a sí mismos, a la hora de fijarse objetivos a largo plazo.
En las escuelas públicas, los alumnos pueden ofrecerse como voluntarios para ganar créditos extra en las sociedades de honor y los clubes de servicio.
En las escuelas católicas, se enseña a los alumnos a expresar su compromiso de fe a través de obras de caridad a medida que maduran. Las investigaciones demuestran que es más probable que se comprometan con sus comunidades de adultos que sus homólogos de las escuelas públicas. Este compromiso se demuestra a través de donaciones caritativas, cartas a los legisladores y actividades de voluntariado.
- Uniformes
Mucha gente considera que los uniformes son restrictivos y limitan a los alumnos. Sin embargo, los padres de las escuelas católicas descubren que les ahorra mucho dinero. Pueden evitar comprar a los alumnos entre 8 y 10 prendas diferentes por temporada para confeccionar el vestuario escolar.
En su lugar, los alumnos mezclan y combinan las mismas faldas, blusas, pantalones y chaquetas durante todo el año. Esto acaba ahorrando a los padres cientos de dólares. También limita la baja autoestima que resulta de la comparación de marcas y etiquetas.
Algunos padres también aprecian que el 30% de las escuelas católicas sean de un solo sexo. Consideran que esta opción evita una presión social innecesaria durante la jornada escolar.
Colegios católicos frente a colegios públicos
Antes de decidirse por el colegio adecuado para su hijo, es importante visitar distintos campus. También debe informarse sobre la ayuda financiera y considerar el tipo de programa que sería más beneficioso para su hijo. La matrícula, los requisitos de admisión y los uniformes son sólo algunos de los elementos que distinguen a las escuelas católicas de las públicas.